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PUTAS

De los 108 casos de feminicidios en 2024 en Ecuador, 10 fueron transfemicidios, es decir contra mujeres trans.

Malony Chávez presidenta de Fundación Furia Trans. Foto tomada por Guadalupe Aizaga. Junio 3 de 2024.

Paola Toscano vicepresidenta de Fundación Furia Trans. Foto tomada por Guadalupe Aizaga. Junio 22 de 2024.

Devy Grijalva secretaria de Fundación Furia Trans. Foto tomada por Guadalupe Aizaga. Junio 3 de 2024.

Melany Obando Comunicadora de Fundación Furia Trans. Foto tomada por Guadalupe Aizaga. Junio 22 de 2024.

Valentyna González vocal de Fundación Furia Trans. Foto tomada por Guadalupe Aizaga. Junio 22 de 2024.

CRÓNICA SOBRE LA FUNDACIÓN FURIA TRANS

De putas a abogadas

Tenía una seguridad impresionante para mover su cadera mientras desfilaba por el boulevard del parque La Carolina. La forma en la que giraba sobre sus tacones azules, hacía que sus extensiones rubias, recogidas en una coleta, ondearan en el aire. Malony Chávez vestía una blusa azul con lentejuelas, y un short negro corto, mientras desfilaba rodeada de sus amigas. Caminaba una y otra vez mientras sonreía a la gente que pasaba, sus pasos transmitían tanta confianza en sí misma. Esa confianza al desfilar fue la misma con la que se presentó al momento de hablar sobre la fundación. Malony es presidenta de la Asociación de Trabajadoras Sexuales Trans de Quito y junto a Paola Toscano crearon la Fundación Furia Trans

Hace 25 años que Malony es una mujer transexual, y es la misma cantidad de años que ejerce la prostitución. Ella, junto con sus compañeras, vienen de un proceso de callejización, es decir, viven rodeadas de violencia. A pesar de pertenecer a dos comunidades, es discriminada por las transexuales por ser trabajadora sexual, y por las trabajadoras sexuales por ser transexual. Eso la ha limitado a encontrar refugio únicamente en un grupo con sus mismas características.

“Para nosotras es super difícil andar una sola chica Trans, es muy peligroso. Siempre tendremos que estar entre 2 o 3”, dice Malony, mientras mira su comité de 10 mujeres, cada una igual de enojada que su líder.  En total hay 60 chicas que pertenecen a la Fundación.

La violencia va desde las miradas penetrantes, los insultos hirientes, hasta los golpes a los que deben responder. Y no se hable de la discriminación al momento de buscar una nueva forma de sustentarse, porque en cuanto ven su apariencia se cierran las oportunidades.

La Constitución del Ecuador, aprobada en 2008, garantiza en su Artículo 66, numeral 9, el derecho a la identidad de género, protegiendo los derechos de las personas trans. El Código del Trabajo prohíbe la discriminación laboral basada en género, orientación sexual e identidad de género. Además, la Ley Orgánica de Gestión de la Identidad y Datos Civiles de 2016 permite a las personas trans cambiar su nombre y género en sus documentos de identidad, facilitando el reconocimiento de su identidad en el ámbito laboral y otros contextos sociales.

Malony cuenta como varias compañeras fueron humilladas al solicitar un puesto de trabajo. Y hace mención a una situación en específico que marcó a todo el grupo. La postulante fue alabada por sus conocimientos y su actitud, todo iba bien hasta que mencionaron su cabello. “Lo único que queremos es que te cortes el cabello” para la persona de recursos humanos era un detalle insignificante, pero para estas chicas es parte importante de su feminidad. Ella lo hizo, porque a pesar del dolor la necesidad fue más grande.

El doctor Jean Lievain, profesor de la facultad de Derecho de la Universidad de las Américas, explicó que, en un caso de discriminación donde se provoque un daño a la persona es considerado violencia y acoso laboral. Se puede acudir al Ministerio del Trabajo para poder intervenir.

“El cabello crece, pero la humillación queda”, dice Malony. Empezó a hablar de las mujeres transexuales privadas de libertad, como en Ecuador estas mujeres son rapadas las cabezas y agredidas por los guardias. En cuanto mencionó la violencia que ejerce la policía, el ambiente en la sala cambió. Hasta ese momento habían hablado con furia, pero sus cuerpos estaban relajados, se reían y hacían bromas entre ellas. En cuanto el tema de la policía se hizo presente, tomaron una postura diferente, se sentaron rígidas, e incluso aquellas que solo estaban escuchando empezaron a participar.

Era de noche, cerca de la Universidad Central, cuando la agarró un policía. La llevó hasta la pileta y le hizo lavarse la cara en esa agua sucia y fría. La desnudaron tantas veces en esa misma situación. A veces le permitían irse con su ropa interior, pero muchas veces se fue desnuda. Golpeada, violada y humillada pero lo más doloroso, incapaz de hacer justicia. Fue detenida más de 7 veces, obligada a salir a las 5 de la mañana a gritos “Vuela maricón, antes que te vean por aquí”. No hay registro de esas detenciones.

- ¿Por qué no denunciaron? –Pregunta la entrevistadora incapaz de creer la normalidad con la que todas cuentan su experiencia con policías.

- ¿A quién podemos denunciar? -Responden.

Hace más de 20 años que ejercen el trabajo sexual, y la única forma de defenderse era con violencia. Las pocas veces que denunciaban les decían “si son hombres, era que se saque la puta”. Fueron 3 segundos donde nadie habló y Paola empezó a reír de lo absurdo que llega a ser. Por toda esta violencia es que están furiosas.

A partir de la pandemia del 2019 fueron obligadas a buscar otro método de ejercer el trabajo sexual. Se organizaron para sobrevivir. La Asociación de Trabajadoras Sexuales Trans de Quito viene de un proyecto comunitario “Proyecto transgénero” manejado por mujeres cisgénero. Ayudaban a las mujeres trans que se encontraban en la calle, les daban acompañamiento y las socorrían cuando tenían un problema con la policía o con clientes.

La Fundación Furia Trans es una forma de apropiarse de su lucha. Malony comenzó a prostituirse siendo menor de edad. Ella y sus compañeras abandonaron la educación por el acoso y la violencia a la que estuvieron expuestas. Muchas de ellas han tenido que rechazar ofertas de trabajo a falta de un título. Sin garantizar ni educación ni puestos de trabajo, se cierran las oportunidades de mejorar esta realidad. Desde la organización es la forma en que exigen, con indignación, la oportunidad de ser algo más que trabajadoras sexuales.

- Queremos que todas hablen, empoderarnos, ser dueñas de nuestras voces y cuerpas. Nunca nos quedamos calladas, así no nos den la palabra nos levantamos porque tenemos el derecho. Lo que nos une es la furia. - Comenta Malony.

- En otros tiempos con educación seriamos igual transexuales, pero con otros tipos de empleo. – Dice una de las chicas del comité, Kamila Cantillo.

- ¿Qué les gustaría ser si no fueran trabajadoras sexuales? - Le pregunta la entrevistadora al grupo. Pasan unos segundos antes de responder. No habían pensado en eso en mucho tiempo.

- Yo si quisiera estar así sea en una oficina, de limpieza, pero un trabajo estable. Algo que de verdad diga el 15 y el último voy a tener dinero. Sería perfecto que cada una tenga su estabilidad económica. -Dice Kamila.

Se llaman Asociación de Trabajadoras sexuales, porque de esta forma es más socialmente aceptable, pero el trabajo sexual no está ni reconocido ni regularizado. “Somos putas” asegura el comité. Y con el uso de este término buscan apropiarse de la palabra que tanto usan para agredirlas. Que ser "Putas" sea un trabajo cualquiera.

El término trabajadora sexual es utilizado para diferenciarlas de las prostitutas, ya que muchas de ellas trabajan para un proxeneta. La mayoría son víctimas de trata de blancas, o de una relación de poder. Las trabajadoras sexuales ejercen por una necesidad, es una decisión.

El doctor Lievain comentó que, según el Código Orgánico Integral Penal, la prostitución en sí misma no es un delito. La persona que se dedica al trabajo sexual de forma voluntaria y personal no es sancionada. Lo que se sanciona a nivel penal, es beneficiarse del trabajo sexual de otra persona. Es decir, los proxenetas. Por lo cual no pueden existir contratos al momento de ejercer el trabajo sexual.

La sala estaba repleta de mujeres furiosas, listas para pelear las guerras necesarias por un futuro mejor, no para ellas, para las futuras generaciones de chicas transexuales. Mientras todo el comité asentía la cabeza, Malony finalmente dijo:

- El gobierno y la sociedad nos ha arrojado a ser prostitutas. Somos mentalmente capaces de ejercer cualquier trabajo. Talvez nuestro proxeneta sea el estado.

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La despenalización de la homosexualidad, en el año 1997, marcó un hito histórico en la lucha para alcanzar otros derechos como la no discriminación por motivos de orientación sexual, el cual fue consagrado en la Constitución de la República de 1998 y abrió el camino para que las personas Trans, sean consideradas personas sujetas de derechos y miembros plenos de la sociedad.

 

La aprobación de la Constitución de la República en el año 2008, significó un nuevo avance en materia de derechos. El artículo 11, numeral 2, consagra la igualdad y la no-discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género. De igual manera, en el artículo 66, numerales 9 y 11, se reconoce el ―derecho a tomar decisiones libres e informadas sobre su sexualidad, vida y orientación sexual; en tanto que el artículo 83, numeral 14, dispone ―respetar y reconocer las diferencias de género, y la orientación e identidad sexual.

 

El avance legal en el país, ha representado un logro importante para garantizar formalmente los derechos humanos. No obstante, pese a estos aciertos jurídicos, las personas Trans, continúan viviendo actos de discriminación, exclusión y violencia.

El estudio “Una Aproximación a la Situación de los Derechos Humanos de las Personas Trans en Ecuador” de 2017 aborda varias implicaciones sociales significativas:

    1.    Vulneración de Derechos: Las personas trans en Ecuador enfrentan múltiples formas de discriminación y violencia en ámbitos como el familiar, educativo, laboral, de salud y justicia. Estas vulneraciones afectan su bienestar y limitan sus oportunidades de desarrollo personal y profesional.


   2.    Acceso a la Salud: El informe destaca que las personas trans tienen dificultades para acceder a servicios de salud adecuados. La falta de personal capacitado y los prejuicios existentes en el sistema de salud contribuyen a un acceso deficiente, lo que puede llevar a consecuencias graves para la salud física y mental de las personas trans.


   3.    Educación y Empleo: Las barreras en el acceso a la educación y el empleo son recurrentes. Muchas personas trans enfrentan acoso y discriminación en el entorno educativo, lo que a menudo resulta en deserción escolar. En el ámbito laboral, la discriminación limita las oportunidades de empleo digno, empujando a muchas personas trans hacia la informalidad o actividades de subsistencia.


   4.    Violencia y Seguridad: El estudio documenta altos niveles de violencia hacia las personas trans, tanto en espacios públicos como privados. Esta violencia incluye agresiones físicas, verbales y psicológicas, y se ve exacerbada por la falta de protección legal y de mecanismos efectivos para denunciar y sancionar estos actos.


   5.    Reconocimiento Legal y Derechos Civiles: La falta de reconocimiento legal de la identidad de género es un obstáculo significativo para el ejercicio pleno de los derechos civiles y humanos de las personas trans. Sin documentos que reflejen su identidad de género, enfrentan desafíos adicionales en la vida cotidiana y en la interacción con instituciones públicas y privadas.

Este estudio subraya la necesidad de políticas públicas inclusivas y de una mayor sensibilización y capacitación para combatir la discriminación y promover la igualdad de derechos para las personas trans en Ecuador.
 

MATERIA

LEGAL

manchas

VIOLETAS

Con 119 votos, la Asamblea aprobó el 12 de diciembre de 2023 una reforma a la Ley de Gestión de Identidad y Datos Civiles, que viabiliza el cambio de sexo en la cédula de identidad en Ecuador.

Las mujeres transexuales son mayormente violentadas debido a su apariencia física. Es fácil identificarlas como transexuales y se les exige que si van a ser mujeres deben verse lo más femeninas posibles. Por esto, aquellas que no han terminado o no desean transicionar físicamente, de forma completa, son agredidas con más fuerza. 
Esto no quiere decir que sean las únicas agredidas. Las mujeres cisgénero también son juzgadas por su orientación sexual o por su vestimenta, las consecuencias de estas agresiones son distintas a las de las chicas transexuales, pero igual de importantes. 

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